Aunque me resulta difícil definirla (porque estaré limitándola), entiendo que necesites una definición… Pues bien muy a groso modo (aunque es mucho más que todo esto), te diré que es la manera natural de equilibrar la totalidad de tu Ser (físico, emocional y espiritual), mediante una escucha plena desde el corazón, por parte del osteópata, sin juicios y sin manipulaciones externas de ningún tipo, a través de un sutil contacto en colaboración completa con el Mecanismo Vivo y su Intención en el Momento Presente.
Es el contacto directo con la Salud, un viaje hacia un lugar donde no hay patología, hacia la Fuente. Estamos volviendo a la Esencia de nuestro Ser y desde allí a su Totalidad. Muchos lo describen como “Paz interior”, donde todo está bien y nada necesita ser arreglado.
De este modo, la Salud que está contenida detrás de la enfermedad podrá desplegarse plenamente cuando le damos un espacio infinito para ello.
En definitiva, estamos hablando de un nivel del Trabajo que solamente puede ser sentido.
Según el enfoque de este Trabajo Biodinámico y según la visión de Dr. A. T. Still, el osteópata no toma decisiones. Las toma el Aliento de Vida (otro día hablaremos de esto). Porque en último caso, por mucho que hayamos estudiado o por muchos conocimientos que tengamos, la colaboración con las fuerzas biodinámicas, no está vinculada con el esfuerzo intelectual si no con la Inteligencia y por lo tanto, en último caso, no sabemos que es lo necesita nuestro cliente. El Plan, únicamente lo conoce él o en este caso, su cuerpo.
Y para terminar, si hacemos referencia a uno de los principios osteopáticos que dice: “el cuerpo humano tiene la capacidad natural de auto-sanarse”. La Osteopatía Biodinámica, pone su foco en sintonizar con esta tendencia latente. No se centra en erradicar los síntomas de la enfermedad sino en la causa, es decir, en restablecer y potenciar la Salud, innata en el cuerpo de cada Ser.
A modo de ejemplo y solo para que se pueda entender algo mejor:
Cuando nos hacemos un corte, podemos observar como el cuerpo tiende a cicatrizar la herida.
Pero, ¿qué sucede si nos rascamos constantemente en ese lugar? La herida no cicatriza, no sana o cicatriza mal. La tendencia natural a la auto-sanación está presente, está tratando de actuar, pero se encuentra con resistencias, con obstáculos, con impedimentos para realizarse.
Y no solo esto, hay muchas formas de rascarse los distintos tipos de heridas y de complicar la tendencia natural del organismo a restablecer su Salud y Bienestar, como: las situaciones adversas por las que atravesamos, los traumas físicos y emocionales, los malos hábitos alimenticios, los patrones negativos de pensamiento y cualquier conflicto o experiencia traumática mal digerida, pueden dejar huellas, tensiones y residuos no asimilados que van acumulándose en el cuerpo a modo de sutiles resistencias que van modificando los ritmos, los fluidos y los tejidos, entorpeciendo así la tendencia natural del organismo a la auto-sanación.
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